Un hígado débil debilita la voluntad
Un hígado débil debilita la voluntad
[11 min.]
Este órgano, vital en nuestra arquitectura energética, influye más de lo que piensas en tu capacidad para pasar de las ideas a la acción.
Este tema es uno de mis favoritos. Cuando empecé a aprender sobre el hígado, quedé tan impresionada que desde entonces intento tomarme un momento al día para enviarle amor a este órgano, y espero que cuando terminen de leer este artículo quieran hacer lo mismo porque… parceeee, es muy increíble.
El hígado decide qué entra y qué sale
Lo primero que aprendí fue esto: ni una gota de sangre circula en mi cuerpo sin haber pasado por el hígado. O sea, es el BIG BOSS y le toca trabajar muy duro. Filtra sangre TODO el tiempo para mantener nuestro cuerpo libre de toxinas, por eso se dice que es un órgano filtro. De hecho, para la Medicina Tradicional China, los órganos filtro (hígado y riñones) son súper importantes y, como leerán más adelante, están relacionados con la voluntad y la esencia vital.
El hígado, con su infinita sabiduría, decide qué puede circular en la sangre y qué tiene que salir del cuerpo y esto es re importante porque una vez que una sustancia entra al sistema circulatorio puede llegar a TODOS los órganos.
Hoy sabemos que el hígado tiene más de 500 funciones, ¡¡¡500!!! Es el órgano interno más grande (mide como 13 centímetros) y en todo momento contiene casi un 15% de la sangre total del cuerpo. Como les dije, es el BIG BOSS. Además, el hígado tiene la increíble capacidad de RE-GE-NE-RAR-SE, por eso es uno de los órganos más donados.
Una de sus funciones principales es transformar químicamente los nutrientes absorbidos en el estómago y los intestinos para que el cuerpo los pueda aprovechar. Sin embargo, por experiencia propia sabrán que no todo lo que le metemos al cuerpo son nutrientes. En los intestinos también se absorbe alcohol, medicamentos y otros tóxicos que SIEMPRE llegan al hígado. Cuando este los identifica como «peligrosos» los descompone para que más tarde podamos desecharlos con ayuda de los riñones (sustancias hidrosolubles) y la bilis y el intestino grueso (sustancias liposolubles).
Todo filtro requiere limpieza
A medida que pasan los años, nuestro hígado va acumulando toxinas, así que si no lo limpiamos de vez en cuando comenzará a fallar. Puede que al principio no lo notemos, pero les aseguro que si nuestro filtro no trabaja bien, tarde o temprano veremos los problemas. ¿Por qué? Porque un cuerpo lleno de toxinas aprende a funcionar de una manera que requiere MUCHÍSIMA energía. Todo le cuesta más, todo se le hace más pesado y parte de su energía vital se estanca.
Ahora, seguiremos funcionando a pesar de las toxinas acumuladas, pero el cuerpo nos hará saber que algo no anda bien: migrañas, brotes de acné, episodios de indigestión, bruxismo, fatiga e incluso irritabilidad pueden ser señales de que nuestro hígado necesita amorcito. Si alguien del otro lado sospecha que es su caso, siga leyendoooo.
Un hígado débil debilita la voluntad
Más arriba les conté que en la Medicina Tradicional China (MTC) el hígado es de los órganos más importantes: no solo nos limpia, sino que nos aporta vitalidad. Energéticamente, se le relaciona con la voluntad de HACER. Un hígado en equilibrio nos ayuda a pasar de las ideas a la acción rápidamente. En nuestra arquitectura energética representa el impulso de arranque, de iniciación. Si quieren entender la energía que moviliza este órgano, contemplen la primavera: todo florece, los ciclos comienzan, hay crecimiento, movimiento… El hígado también está relacionado con el elemento madera (fuerza y flexibilidad, como el bambú) y con la etapa de la niñez (curiosidad, creatividad y exploración). Su emoción asociada es la ira o el enojo.
En otras palabras, un hígado en desequilibrio nos habla de energía estancada. Nos cuesta tomar acción, nos volvemos rígidos y nos sentimos atrapados. ¿Y qué tiene que ver esto con migrañas, brotes de acné, indigestión, etc.? A ver si me explico bien…
Dijimos que en la MTC el hígado está relacionado con nuestra voluntad de hacer, de actuar. Para actuar el cuerpo necesita energía. ¿De dónde sale? De lo que comemos, sí, pero no basta solo con meter cosas en el estómago. Nuestro cuerpo necesita que algo se encargue de convertir los alimentos en sustancias que podamos asimilar y aprovechar, y esto ocurre precisamente en el hígado. CONCLUSIÓN: Sin el increíble trabajo de este órgano no podríamos disponer de energía para actuar, para iniciar proyectos, para ser creativos, para movernos. ¡Y hay más! Los síntomas físicos que nos hablan de un desequilibrio en el hígado son precisamente malestares que fijan y estancan nuestra energía (migraña, indigestión…).
La Medicina China lo sabe hace mucho tiempo: un hígado debilitado debilita nuestra voluntad. No importa cuánta energía metamos en nuestro cuerpo, si no la podemos asimilar bien no la podemos aprovechar.
¿Cómo saber si al hígado le falta amorcito?
Les dejo un listado de síntomas físicos y psicoemocionales que pueden indicar un desequilibrio en el hígado (o en la vesícula biliar). Utilízenlo como una guía y NO SE AUTODIAGNOSTIQUES. Si tienen 4 o más de estos síntomas consulten con su médico de confianza.
Síntomas físicos
- Dolor de cabeza en forma de «anillo» (detrás de los ojos y en la base del cráneo).
- Cabeza caliente, pero manos y pies fríos.
- Boca pastosa, lengua blancuzca.
- Color amarillento en piel y ojos.
- Inapetencia, náuseas, vértigo.
- Dificultad para asimilar huevo, fritos, salsas, lácteos.
- Acumulación de gases.
- Estreñimiento o caca en bolitas.
- Heces amarillentas/blancas (hepatitis).
- Cutis graso, acné, forúnculos.
- Fatiga muscular.
- Insomnio durante las primeras horas de la noche.
- Despertar cansado y con los ojos hinchados.
- Problemas de visión (en MTC el hígado se asocia al sentido de la vista, a una visión clara de los proyectos).
Síntomas psicoemocionales
- Irritabilidad, enojo, ira (expresadas de forma repentina o incapacidad para expresarlas).
- Agresividad, arrogancia, inflexibilidad.
- Excesiva preocupación por los detalles.
- Miedo a lo desconocido (acciones paralizadas).
- Falta de claridad mental.
- Indecisión y juicio nublado.
- Estado depresivo latente («No me dan ganas de hacer nada, no veo el sentido»).
- Voluntad debilitada.
Básicamente, cuando el hígado está bien nos proporciona claridad mental, decisiones firmes y acciones consecuentes. También disfrutamos de una libre circulación de energía (sangre limpia) que nos ayuda a poner en marcha proyectos y ser resolutivos. Ahora que saben esto, les cuento cómo conectar con esta energía de acción.
Nuestro cuerpo tiende a la salud cuando no nos interponemos
Les sorprenderás saber que llevo muchísimos años habitando un cuerpo humano ahhhhh y sé que es MUY inteligente. En verdad estoy convencida de que nuestro organismo tiende a la salud si no nos interponemos. ¿Y qué es no interponerse? Para mí se trata de aprender a trabajar con él, darle amor, conocerlo, saber qué le hace bien y qué no, conectar con su energía vital… ESCUCHARLO. Cuando estamos en sintonía con el cuerpo, cuidarlo no es cuestión de sacrificio… más bien fluimos con esa Inteligencia Superior y comprendemos que es Ella la que hace el milagro, nosotros solo acompañamos.
A partir de aquí, los invito a pasar por la experiencia todo lo que van a leer porque cada organismo es un mundo. Háganse cargo de su salud, manténganse presente en su cuerpo. Si no saben por dónde comenzar, el hígado SIEMPRE es una buena opción, porque como dijimos hígado saludable = eliminación eficiente de toxinas = todo el cuerpo se beneficia. En este sentido se me ocurren tres cosas clave que puedes hacer:
- Comer siempre al 80% de nuestra capacidad: todo el sistema digestivo la pasa muy mal cuando quedamos repletos. El hígado tiene que activar a full sus funciones metabólicas, y ¿se acuerdan de que hace como 500 cosas? Pues eso…
- Comer hojas verdes de sabor amargo (rúcula, escarola, diente de león…): son alimentos de energía descendente y ayudan a eliminar toxinas, o sea, liberar el estancamiento.
- Ejercitar la voluntad: vayan a ver el amanecer, hagan ejercicio, limpien el baño. Lo bonito de trabajar desde una perspectiva energética es que todo funciona en doble vía. Un hígado en equilibrio activa nuestro hacer, pero activar el hacer también ayuda a reequilibrar el hígado.
Alimentos que seguramente le gustan mucho al hígado
- Alcachofas, alfalfa, brócoli, puerro, espárragos, achicoria y otras hojas verdes.
- Manzana, limón, uvas, naranja, zanahoria, pepino, aguacate…
- Germinados y fermentados (chucrut, salsa de soja, miso, kéfir). Ojalá que no contengan conservantes.
- Frutos secos, aceitunas, aceite de oliva.
- Proteína de calidad.
- Especias: cúrcuma, jengibre, comino, cayena, ajo.
- Infusiones: cardo mariano, diente de león, boldo, romero…
Algunas cosas que ponen triste al hígado
- Medicamentos: este tema da para diez artículos más, pero por lo pronto, sepan que cada vez que tomamos un medicamento nuestro hígado sufre un desgaste importante. Cuando identifica una sustancia que no pertenece a nuestro cuerpo elimina todo lo que puede. Los médicos lo saben y por eso siempre que se nos receta un medicamento en realidad se trata de una sobredosis. Por eso después de un tratamiento potencialmente hepatotóxico, es aconsejable depurar el hígado y ayudarlo a regenerarse.
- Alcohol: el hígado es uno de los órganos más afectados cada vez que tomamos alcohol. Tiene que trabajar muy duro para «oxidarlo» y que lo podamos desechar. Este proceso genera acetaldehído (también asociado al tabaco), una sustancia que destruye células hepáticas y que hoy en día se sabe que es un potencial cancerígeno. Al respecto les recomiendo mucho este brevísimo pódcast.
- Conservantes: cumplen su función para evitar que la comida se dañe, pero cuando los consumimos tienen el mismo efecto en nuestro organismo: impiden la degradación de alimentos porque interfieren mucho en procesos enzimáticos del hígado. Siempre que tengan la oportunidad, eviten envasados, salsas, compotas, embutidos…
- Grasas saturadas: Por allá arriba mencioné la bilis. Bueno, es una sustancia que secreta el hígado y que actúa como un jaboncito para ayudarnos a digerir las grasas, Si tenemos que producirla todo el tiempo, el hígado pierde energía para cumplir otras funciones.
- Sustancias muertas: saborizantes, edulcorantes, colorantes… y un largo etcétera, por obvias razones.
- Alimentos refinados o super industrializados: azúcar blanca, aceites hidrogenados, margarinas, pan refinado, bollería, fast food… por más obvias razones.
Ya sé, ya sé que es bien imposible llevar una alimentación 100% saludable, por eso hacer un proceso depurativo de hígado ayuda un montón. Hay muchas maneras de hacerlo, desde ayunos hasta dietas especiales. En este descargable encuentran un protocolo depurativo de hígado con plantas medicinales. Si deciden hacerlo, infórmense bien sobre las contraindiciaciones de cada planta, y si tienen preguntas, ¡escríbanme!
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